viernes, 2 de octubre de 2009

Utopías del alma: de amores platónicos y no correspondidos.


(Este post lo tenía en otro blog que abandoné
porque la página no dejaba hacer mucho,
lo escribí a inicios de este año).


Muy seguramente muchos hemos sufrido y hasta disfrutado de un “amor” no correspondido, aun cuando bien sabemos que fueron, son y serán imposibles. Este extraño placer bien pudiera fungir como una de los sentimientos más comunes en el planeta debido a que, por extraño que parezca, este tipo de relación amorosa ficticia –que no puede concretarse jamás– es experimentada día a día por millones de personas según tengo entendido (carezco de estadísticas) . . . a algunos los mueve a soñar o escribir un verso para la persona en cuestión, pero a otros los hunde en una pavorosa obsesión. Afortunadamente, lo último no es mi caso.



Quiero deciros que hoy me sorprendí pensando en una persona que conocí poco en antaño, especulaba en lo que pudo ser y no fue . . . pero quizá es tan sólo una imagen que tengo cristalizada en mi mente y que no viene necesariamente apegada a la realidad. Probablemente le extraño porque nunca le tuve, nunca le conocí a cabalidad y sólo llené esos huecos con artefactos de mis fantasías llevándole hasta el plano de lo místico o sublime; resulta ser un anhelo porque siempre fue alma libre llena de inocencia y pureza que cuanto más cerca le tenía, más imposible era estar a su lado. Hasta ahora ignoro realmente cuál es la razón de encontrarle sólo cuando ya he jurado un amor sincero a alguien más , un ser “verdadero” que no es residente en mi imaginación . . . tal vez sólo está ahí para inspirarme, para hechizar y para armonizar el suculento paisaje que habita. Con todo, no reparo en su recuerdo con frecuencia, sin embargo, esta rara necesidad de él que nace de su carencia no puede ser más . . . renuncio a él . . . es sólo una utopía de mi alma, un amor platónico.



Empero ¿realmente es lo que digo que es? . . . es aquí donde entra el saber definir las cosas. Según un artículo en la red de Ramón Xirau lo platónico es lo relativo al sistema filosófico fundado por el griego Platón, quien sostenía que: "la verdad proviene de las ideas, que son entidades inmutables y universales". Así, las ideas son perfectas y provienen de un lugar que, este filósofo alumno de Sócrates, llamó Topus Uranus, en donde residían las ideas de todo lo que hay en el mundo. También sostenía que el verdadero amor es el amor a la sabiduría, es decir, al conocimiento. Como consecuencia, el amor platónico es, no el amor al ideal de una persona, sino el amor a conocer a esa persona y a la sabiduría de la misma. Hasta este punto pareciera que el término que emplee en el párrafo anterior sería adecuado siempre y cuando quisiera conocerle aun más para llegar a la “idea” o el ser perfecto que reside en el mundo concebido por Platón, ¿será eso posible?.



En otras fuentes, por ejemplo la que se atribuye a Jackson Spielvogel, se dice (con mayor sencillez) que el amor platónico es la motivación que lleva al conocimiento de una idea y a la contemplación de la misma, y que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Es una forma de amor y amistad en que no hay un elemento sexual (una vez alcanzado el encuentro sexual deja de ser amor platónico) o este se da de forma mental, imaginativa o ideal, y no de forma física. De esta manera nos damos cuenta que el filósofo griego sostenía al verdadero amor como el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es el amor al ideal de una persona sino el amor a conocerla y por saber de ella mientras que la belleza del cuerpo no se halla en el cuerpo mismo sino que resulta ser la imagen o reflejo de la belleza espiritual, por lo que el alma humana debería aspirar a conocer y amar esa belleza esencial. Es de esta forma finalmente que podemos decir que son tres los principales objetos del amor platónico: el bien, la verdad y lo bello.

Ahora bien, el concepto de “amor platónico” se deriva de las investigaciones que Marsilio Ficino llevó a cabo al sintetizar el platonismo en la época Renacentista ( basándose en los Diálogos de Platón) por orden de Cósimo de Médici, gobernante de Florencia; según la teoría que formuló respecto al amor platónico (o espiritual) se mencionó en ese entonces que, al igual que la gente está unida en su común humanidad gracias al amor, de esa misma forma todas las partes del universo se mantienen unidas por los lazos del amor compasivo.



Pero hasta aquí dejo el asunto en cuanto a comentarios filosóficos; ya hemos entendido que empleamos mal (y románticamente) el concepto cuando en lo cotidiano nos referimos a esa mezcla justa entre amor físico y amor espiritual debida al idealizar excesivamente a una persona que nos conduce directamente a terminamos encaprichándonos con ella aun a sabiendas de que nunca sucederá “algo serio” entre ambos. En este sentimiento la ilusión es al alimento que mantiene siempre encendido el deseo y la esperanza, pero no es impulsivo puesto que concede más importancia a lo espiritual, emocional e intelectual que a lo físico o sensual; carece de matices, negociaciones y detalles sucios; nunca envejece porque está fuera de tiempo al vivir sólo dentro de la persona que experimenta o padece esta ilusión.



En contraparte, existe otro tipo de amor, el que es correspondido y a veces duradero. Se dice que al respecto existe un mito con el cual otro pensador intentó explicar dicho sentimiento. Se supone que estaba Platón y algunos de sus amigos cenando y discutiendo a la vez sobre el amor y la amistad; de pronto Aristófanes, uno de los comensales, habló entonces del origen del amor entre dos personas y contó el mito del andrógino: en un principio los seres humanos estaban formados de dos partes, una masculina y otra femenina. Eran seres arrogantes y vanidosos, pues eran perfectos. Cegados por su soberbia decidieron escalar al Monte Olimpo -lugar destinado a los dioses- con la idea de alcanzar la gloria divina, de la que ellos se creían merecedores. Al conocer Zeus y los demás dioses sus planes los castigaron, separando sus cuerpos y borrando sus mentes para que no encontraran a su par. La separación fue terrible: Zeus usó rayos como instrumento para lograrlo. Adoloridos, tristes y vacíos, los seres humanos (como ahora los conocemos), perdieron la cordura y buscaron a su pareja desesperadamente, pero como no recordaban a su otra mitad la pesquisa se hizo casi imposible. Desde entonces, los seres humanos están condenados a buscar y a encontrar a su otra mitad. Así nació el amor de pareja.


 
Y ustedes, queridos lectores ¿tienen un amor de pareja, un amor no correspondido o ambos?.




Fuentes:

* XIRAU, Ramón, Introducción a la historia de la filosofía, México, UNAM, 1964, p. 50. Disponible en http://sepiensa.org.mx/contenidos/varios/s_amor/amor.htm

* Spielvogel, Jackson (2003). «Capítulo 12», Civilizaciones de Occidente, Vol. "A", 5a edición, Thomson Editores. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Amor_plat%C3%B3nico

En memoria de JC VL

Nota: Si acaso alguna imagen tuya aparece en este post, avísame por favor, no intento robar material de ningún lado. . . son sólo imágenes que descargué de la red. Si te disgusta esto, contáctame a elizian_rajna@yahoo.com.mx y solucionaremos en lo posible el asunto. ^_^ Ciao y recibe beshitos de gatito feliz.


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