viernes, 1 de abril de 2011
"The sadness of love".
William Bouguereau, 1899.
Me rompe el alma saber que sufres tanto como yo . . . o quizá más; no soporto pensar en tus lágrimas cuando nos dijimos adiós, en ese beso que te arranqué y bellamente me fue correspondido. Qué ironía . . . con un beso comenzó nuestra historia y con un beso nos dijimos adiós.
De antemano, ambos sabíamos que esto sucedería y no había forma de aplazarlo . . . sí, no concebíamos otra forma de solucionarlo pues el daño infligido era mutuo aun cuando mucho nos amábamos y deseábamos nuestra felicidad. No sé cómo tomar este tiempo de prórroga y el que tantas veces me hayas deseado suerte en mi vida futura, ¿será el eufemismo de un inevitable adiós o realmente planeamos volver y comenzar de nuevo?, no lo sé.
Amor, no ha pasado un día aun y ya siento frío . . . te estoy extrañando, deseando que nuestro cariño regrese y la historia continué tal y como la habíamos planeado con tanto gozo y dedicación pues cada parte de mí lleva tatuada un recuerdo tuyo, un beso profundo, una caricia verdadera . . . tu misma esencia. Mas la duda persiste: ¿seremos compatibles o independientemente de nuestro amor llevaremos una vida colmada de lágrimas y tristezas profundas?.
¿Qué pasará con los sueños que tejimos juntos, con nuestro futuro que sencillamente habíamos planeado, con las probaditas de amor que alguna vez gozamos? . . . ¿se irán para siempre, aguardarán pacientes, se dejarán olvidar?. Me aferro tanto a tu mano para que no me dejes ir, para que no me pierdas . . . para que no me abandones.
En mi pecho aun pesa el recuerdo de que ayer fue la noche más triste y desgarradora que hemos tenido, despidiéndonos de esa forma tan amorosa pues embebidos en nuestras propias lágrimas disfrutamos de un último beso, un último abrazo . . . una última mirada. ¿Renovaremos el ciclo? o ¿es el indiscutible fina del cual no hay vuelta atrás?. Viene la incertidumbre.
Te soy sincera: te sigo amando mi dulce príncipe, sin embargo, debo aguantar la tregua con paciencia porque hoy tan sólo es el primer día de estos largos meses de espera. Aguardaré llena de esperanza por ti y tu respuesta bien meditada . . . mas por todo lo que quieras, ten siempre en mente que, sea cual sea nuestra decisión, te seguiré amando y por los siglos de los siglos te llevaré en lo profundo de mi corazón.
"Cupido y Psiqué".
Antonio Cánova, 1793.
Etiquetas: Momentos personales.
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