viernes, 23 de diciembre de 2011
Dadme refugio entre tus brazos,
mi dulcemente cálido ser ignoto,
que en esta noche plagada de estrellas
se siente la ausencia de la compasión
y aunque anchos mares nos sean divisorias cellas
en ti seguro hallo un fuerte bastión.
Dejadme probarte tibio
aspirando tus perfumes y esencias
pues llora desde lustros mi alma
implorando tierna clemencia
y aunque busque la calma con demencia
aun no encuentra la salvación.
Miradme y no pronuncies palabras,
permite a tu corazón
me conceda la absolución
y ojalá tu gentileza la mente me abra
para olvidar la amargura y el dolor
que provoca un trágico amor.
Permitidme en tu pecho repose
y de tu amoroso seno
su palpitar me arrulle
que vuestro calor inspira
y contribuye
a sanar heridas, a recobrar valor.
Cubridme con tus brazos,
amigo mío,
amigo mío,
rodeadme con vuestro calor,
que mi alma muere de frío
y en el dolor perdido
se encuentra mi corazón.
(12-nov-2011)
Y la canción que tenía en mente ese día
(lo recuerdo bien porque la canté infinidad de veces)
es la siguiente:
La letra de la canción es:
Entre moi et mon amin,
en un boix k’est le Betune,
alainmes juwant mairdi
toute lai nuit a la lune,
tant k’il ajornait
et ke I’alowe chantait
ke dit: ,,amins, alons an”,
et il respont doucement:
“ll n’est mie jours,
saverouze au cors gent,
si m’ait amors,
I’alowette nos mant.”
Adont ce trait pres de mi,
et je fu pas anfruine;
bien trois fois me baixait il,
ainsi fix je lui plus d’une,
k’ainz ne m’anoiait.
adonc vocexiens nous lai
ke celle nuit durest sant,
mais ke plus n’alest dixant:
“ll n’est mie jours,
saverouze au cors gent,
si m’ait amors,
I’alowette nos mant.”
Y la traducción al español es la siguiente:
Juntos mi amigo y yo
en un bosque cerca de Béthune,
un martes estuvimos disfrutando
toda la noche bajo la luna.
Hasta que amaneció
y la alondra cantó
diciendo: “amigo, hemos de marchar”
Y él respondió dulcemente:
“Aún no es de día,
dulce y tierno corazón.
Que el Amor me valga
la alondra nos ha mentido”
Entonces se acercó a mi
y yo no fui reacia;
bien me besó él tres veces
así lo hice yo más de una
y hacerlo no fue enojoso.
Hubiéramos deseado
que esa noche durase cien
y nunca más decir :
“Aún no es de día,
dulce y tierno corazón.
Que el Amor me valga
la alondra nos ha mentido”
Etiquetas: La esquina poética de Dot.
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