ATENCIÓN: IMÁGENES EXTREMADAMENTE SANGRIENTAS

Y MORBOSAS NO APTAS PARA GENTE SENSIBLE

NI MENORES DE EDAD (conste que les advertí).

Ya había pasado un tiempo desde la última vez que armé una carnicería en esta página (con su respectiva dosis de sangrita) . . . generalmente se trata de seres irreponsables que mueren debido a sus errores o distracciones, sin embargo, en esta ocasión no hay palabras para describir lo sucedido.

Generalmente, al pensar en una madre, visualizamos a un ser bondadoso que hasta la vida entregaría por sus hijos y que cuida de ellos lo mejor que puede . . . claro, hay excepciones a la regla y podemos encontrarnos con mujeres tan crueles y despiadadas que hasta un inquisidor medieval  sería un ángel a su lado. Sin embargo, creo que no son muchas las que llegan al extremo de asesinar a su progenie . . . y este es el caso que hoy trataré. Quizá la noticia no es nueva, empero, sigue siendo indignante.

Hace unos tres años, más pecisamente el 7 de noviembre de 2006 en el barrio de Almerinda Keys, municipio de Jundiaí (São Paulo, Brasil), Elisangela Rosa Camargos de 25 años de edad asesinó a sus dos  hijos (un niño de 6 años y una niña de 1 año y siete meses de edad) con una pequeña sierra eléctrica.

El crimen ocurrió aproximadamente a las 15 horas del martes y la mujer  declaró que se trataba de un día "normal". Por la mañana se llevó a los niños a la escuela, tal como le era habitual, sin embargo, por la tarde, cuando llegó a su casa, tomó una sierra del taller de su esposo y se la llevó al dormitorio . . . sólo ella sabe por qué. Después, llevó a Vinicius a su habitación, lo acostó y lo degolló con la sierra; posteriormente hizo lo mismo con su hija Thais. Fue el padre de los niños quien encontró la siguiente escena:

Dicen que los policías fueron alertados por los familiares de la asesina, quien no se resistió al arresto cuando se encontraba en la estación de autobuses de Bauru - población ubicada a 345 kilometros de Sao Paulo - y hasta pidió perdón por lo que había hecho. Se rumora que padece problemas psiquiátricos pues no le fue posible explicar coherentemente sus actos.

¿Depresión mayor?, ¿esquizofrenia?, ¿algún otro trastorno de la conducta o del estado de ánimo? . . . ninguno puede justificar lo antinatural de esta madre. Hay quienes por sus acciones merecen la muerte pero ¿qué ha hecho un niño de corta edad para ameritarla?.